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lunes, 9 de noviembre de 2009

Estas dos se relacionan debido a que las dos recolectan sintetizan y dan a conocer alguna información investigada y verificada antes de prublicarse, se llevan de manera estratégica



El periodismo es una actividad que consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad. Para obtener dicha información, el periodista debe recurrir obligatoriamente a fuentes verificables o a su propio testimonio. La base del periodismo es la noticia, pero comprende otros géneros, muchos de los cuales se interrelacionan, como la entrevista, el reportaje, la crónica, el documental y la opinión. El periodismo puede ser informativo, interpretativo o de opinión. La información es difundida por medios o soportes técnicos, lo que da lugar al periodismo gráfico, la prensa escrita, el periodismo radiofónico, el audiovisual (mediante televisión y el cine) y el periodismo digital o multimedia.


Se llama relaciones públicas (RR.PP.) a la disciplina encargada de gestionar la comunicación entre una organización y un mapa de públicos clave para construir, administrar y mantener su imagen positiva. Es una disciplina planificada y deliberada que se lleva a cabo de modo estratégico. Tiene la característica de ser una forma de comunicación bidireccional, puesto que no sólo se dirige a su público (tanto interno como externo) sino que también lo escucha y atiende sus necesidades, favoreciendo así la mutua comprensión, y permitiendo que se use como una potente ventaja competitiva a la hora de pretender un posicionamiento. Esta disciplina se vale de la publicidad, la información y la promoción no pagada para realizar su cometido.


Periodismo Vs. Relaciones Públicas






Por Patricia Báez






Son profesiones muy relacionadas, especialmente en este país en donde la carrera de Relaciones Públicas es incipiente y antes de ello formaba parte de las menciones de la carrera de Comunicación Social. Pero a pesar de esos vasos comunicantes, son dos carreras con campos profesionales diferentes. El periodista se mueve en el mundo de los medios de comunicación, formales e informales, mientras el relacionista público trabaja en las empresas, en funciones dictadas por la formalidad del mercado.






El periodista busca la nota que lo libere de ser un periodista más de una redacción más, mientras los menos de ellos aún sueñan con brindar un servicio social desinteresado. El relacionista público procura defender los intereses de la empresa que representa para así asegurar su salario, a corto plazo, y su éxito en el área, a largo plazo.






Por estas diferencias de objetivos parecerían tener estos dos profesionales roles antagónicos. El periodista visualiza al relacionador como una persona de buena presencia que buscará por todos los medios de ocultar o falsear la información, en tanto que el relacionador verá en el periodista a ese profesional de "tercera" que de seguro quiere causarle daño a la empresa para la cual trabaja.






Son miedos y posiciones normales cuando dos personas o profesionales cuidan sus respectivos terrenos. La empresa vende una imagen y productos y/o servicios, mientras el medio vende noticias y las noticias mientras más impactantes, más demandas tienen.






Lo que sí resulta en un acto deshonesto es cuando el relacionista público soborna al periodista, también cuando este último publica notas negativas de una empresa o institución pública en procura de recibir dádivas, en pocas palabras, ejercer el chantaje mediático.






En el primer caso, la empresa compite de manera desleal con las demás empresas e instituciones afines que no incurren en actos de corrupción al pagarle a periodistas. Además de que acallar voces, a la larga, provoca que el liderazgo institucional no desarrolle capacidades de resolución de conflictos y manejo de la imagen institucional, aspectos sumamente importantes en estos tiempos de competitividad y libre comercio.






En el segundo caso, el periodista que extorsiona a las empresas con publicar notas negativas con el fin de conseguir dádivas, incurre en una grave violación a la ética profesional. Máxime cuando existe una diversidad de medios y ha de notarse que éste está siendo condescendiente o defiende abiertamente a la empresa o institución que le paga, pues otros medios publicarán la información de manera veraz.






En el peor de los casos, es el director del medio o el editor quien recibe el soborno de la empresa o institución y modifica la nota del periodista. El único recurso que tiene el profesional de la información en estos casos es pedir que la nota sea publicada sin su firma, claro, si logra saber de los cambios antes de ser publicada la información.






A pesar de las malas experiencias y la desconfianza existente, tanto el periodista como el relacionista público son dos colegas que deben trabajar muy de cerca, el primero para tener acceso de primera mano a la fuente y el otro para contar con medios dispuestos a colocar sus notas.






El respeto y la responsabilidad deben primar en la relación que éstos entablan.






Muy por encima de perseguir el éxito profesional y la bonanza económica está el hecho de que en el país contamos con pocos medios de comunicación en comporación con otros países de la región y del mundo. Y siempre estará latente la posibilidad de que periodistas y relacionistas públicos se encuentren en arenas en donde deban darse la mano, teniendo -en el mejor de los casos- que admitir los errores y excesos cometidos y abriendo paso al perdón.

2 comentarios:

  1. Te pido de favor unas tu documento para que no se desfase y checar los centos. Gracias

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